miércoles, 1 de agosto de 2007

Bajamos el acantilao a por doradas



Bajamos Juan, Alberto, Borja y yo cargaos de todo tipo de xorra y pulga. Las presas eran las doradas y los sargos, pero se nos cruzaron las brecas y las lubinas.

La Mar no se paró nunca.

La mar no se paró nunca desde que Dios inventó el tiempo hace todos los años del mundo, el mundo no existía antes del tiempo, Dios inventó el mundo al mismo tiempo que el tiempo, el mar no se cansa nunca ... Madera de Boj - C.J.Cela