"Cuando la vi apeonar, a tiro, estuve apunte de sacudirla, pero aguardé por el placer de observarla. El sol rompió una nube y el campo se llenó de colores. De la parte de la derecha llegaron otras dos perdices cantando confiadamente. Luego se me ocultaron tras una avena y dejaron de cantar. Esperé un rato y salí a por ellas. Las suponía encamadas y llevaba a punto la escopeta. El bando de lo menos veinte se me levantó a los pies. Iban apiñadas y yo tiré al bulto y descolgué tres. No me atreví a tirar el segundo por miedo a perder las tres primeras y luego, en la bicicleta, me pesó."
Miguel Delibes - 1955
1 comentario:
Era casi un chaval cuando leí este libro, y para uno que no es muy lector he de decir que enseguida me enganchó, gran relato para los que algún día prácticamos la caza.
Gran maestro Delives y gran cazador.
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